I tu quant et jubiles?

El ministro Corbacho se jubilará a los 65

* Salgado dice que la reforma de las pensiones ''está abierta'' y ''puede ser matizada''

PAU Arenós

Larga vida al Imserso. Convertidos en animales productivos hasta los 67 años, somos vacas conectadas sin descanso a la ordeñadora. Es afortunado el ministro Celestino Corbacho: nacido en 1949, podrá retirarse a tiempo para ir a Benidorm aún con el paso firme y la sonrisa elástica y bronceada. Los que llegaron al mundo después de 1959 tendrán que hacerlo en tacataca. Porque, necesitado de ingresos, el Gobierno contará en el futuro con los septuagenarios y octogenarios, incapaz de reunir la calderilla de las pensiones. Es nuestro destino: pagar en el presente y no recibir nada en el mañana. Tenemos que aceptar la bancarrota del Estado del bienestar, que mutó hace tiempo en un Estado del malestar. Cotizaremos casi 50 años y nos embolsaremos a cambio un reloj de oro falso fabricado en Taiwán. Que Dios bendiga las dentaduras postizas.
Disfrazados de adolescentes, arrastrando las zapatillas de andar por casa camino de la oficina o del andamio o del matadero o de la zanja. ¿Y no podría ser voluntario, dejar al juicio de cada profesional si desea seguir ayudando pertrechado con su experiencia o licenciarse como aquellos soldados romanos que tras servir al César, maltrechos y secos como hojas de laurel, era recompensados con una viña?
De inmediato, el argumento institucional será que el país necesita el conocimiento de los veteranos, que una sociedad no se construye sobre el acné. De acuerdo, si bien solo es cháchara propagandística, porque de lo que estamos hablando es de dinero. ¿Y cómo se adecua eso a un mercado que paga el sueldo bajo del inexperto y que rechaza el alto del experto? Elogiamos la destreza y la competencia, aunque nos negamos a recompensarla.
Pero estamos de suerte. El mercado laboral está a punto de ofrecer nuevos y excitantes puestos de trabajo: conductor de vehículos nucleares para trasladar los átomos fosforescentes de las centrales al anhelado almacén. Un tráfico radioactivo espantoso, bombas en movimiento. «Abstenerse mayores de 65 años. No nos fiamos de sus capacidades al volante para transportar mercancía peligrosa».